Hemos escuchado muchas veces, que el síndrome del ovario poliquístico es una de las principales causas de infertilidad femenina. Sin embargo, al escuchar que nos lo han diagnosticado, normalmente, podemos sentir ansiedad o depresión porque pensamos que, probablemente, no podremos ser madres en un futuro o esa es la causa por la que no hemos tenido éxito en tener un hijo.
Aún cuando este síndrome si es causante de infertilidad femenina, se puede diagnosticar y tratar; si el síndrome es muy severo, existen otros métodos de ayuda de reproducción asistida que pueden ayudarte a mejorar tu salud, regular tu ciclo y ser madre. Comencemos por entender qué es lo que le pasa a nuestro cuerpo cuando tenemos este síndrome y cuáles son sus características principales.
Este síndrome se caracteriza porque los niveles de hormonas masculinas son más elevados, las mujeres con este síndrome muestran mayor resistencia a la insulina, son propensas a la obesidad, y, normalmente, tienen un mayor crecimiento de vello en la cara o en el cuerpo y problemas en la ovulación, porque los ovarios producen pocos óvulos o ninguno, pudiendo causar infertilidad femenina.
Lamentablemente, todavía no se conoce la causa de este síndrome; sin embargo, existen tratamientos para mitigar la producción de hormonas masculinas, medicamentos para promover la ovulación o, en los casos más severos, cirugías. El síndrome de ovario poliquístico es un problema muy común y lo que sucede es que los ovarios producen folículos; sin embargo, estos folículos que al madurar se deberían convertir en óvulos, no lo hacen o permanecen en el ovario (quistes). Como consecuencia, los óvulos no pueden ser fecundados porque no han madurado o porque han permanecido en el ovario.
Síntomas y causas del Síndrome de Ovario Poliquístico
El síndrome de ovario poliquístico puede ocasionar ciclos menstruales irregulares o amenorrea (ausencia del ciclo menstrual). Esto se debe a que los folículos se quedan en los ovarios, convirtiéndose en quistes que son pequeñas bolsas llenas de líquido.
Normalmente, las mujeres que padecen este síndrome presentan acné en el rostro, pecho o espalda, así como mucho vello en su cuerpo (donde normalmente los hombres tienen vello). Además, pueden tener facilidad para aumentar de peso o dificultad para bajarlo, así como obscurecimientos en la piel.
Si presentas ciclos irregulares o llevas un año o más sin lograr con éxito el embarazo, te recomendamos asistir a un ginecólogo para descartar este problema o, por el contrario, comenzar a tratarlo y puedas regularizar tu periodo, aminorar los síntomas y/o tener un embarazo exitoso.
Algunas de las maneras para detectar este problema, es un examen físico que el ginecólogo realizará, durante el cual, te tomará la presión arterial, estatura y peso. Es necesario que también te realice un examen pélvico o ultrasonido donde se podrá observar si los ovarios han aumentado su tamaño o si están inflamados y buscar quistes en los ovarios; o cualquier otro estudio que el médico recomiende, dependiendo de tu caso.
Tratamientos para tratar la infertilidad en las mujeres
En el caso de que se te haya diagnosticado síndrome de ovario poliquístico se te podrán recomendar diferentes alternativas. Si te preocupa que el síndrome sea un factor de infertilidad femenina que te está impidiendo ser mamá, las soluciones más comunes que te podrán recomendar para embarazarte son:
- Si tienes sobrepeso, probablemente, el médico te recomendará llevar una alimentación saludable, consumiendo las calorías necesarias para tu organismo y realizar ejercicio físico, mínimo treinta minutos diarios; en ocasiones, con cambiar a un estilo de vida más saludable se puede regularizar el periodo y aumentar la fertilidad.
- Se te pueden recomendar medicamentos que ayuden a promover la ovulación. De esta manera, los óvulos podrán madurar y salir de los ovarios para transportarse hasta el útero y que puedan ser fecundados. En el caso de que estés tomando los medicamentos pero, sí aún no tienes éxito, se puede llevar un control más cercano sobre el día exacto en el que se dará la ovulación; de esta manera, se podrán aumentar las posibilidades y estaremos seguros de que si existió ovulación en ese periodo.
Estas dos opciones son las más comunes y las menos invasivas para poder lograr el embarazo con éxito. Sin embargo, si estas dos no han dado resultado se puede recurrir a la inseminación artificial o la fertilización in vitro. En estos dos casos, la mujer toma medicamentos para promover la ovulación, la diferencia es que en la inseminación artificial se evalúa el momento exacto donde la mujer es más fértil y se colocan los espermatozoides en el cuello del útero (es un procedimiento no invasivo).
Por otro lado, si no se ha tenido éxito con los métedos anteriores, se recomienda la fertilización in vitro, la cual, consiste en extraer los óvulos maduros de la mujer. Es un procedimiento que sí requiere sedación y, además, se recomienda reposo por un día. Se recolecta la muestra de semen y en el laboratorio se colocan los óvulos con los espermatozoides. Al día siguiente, podremos saber si el óvulo fue fecundado. Posteriormente, se implanta el pre embrión en el útero de la mujer (es un procedimiento no invasivo).
Otra opción puede ser la cirugía. Este sí es un procedimiento invasivo y requiere sedación. El médico tratará los ovarios mediante calor o láser para destruir el exceso del tejido en los ovarios (el exceso de tejido que están produciendo las hormonas masculinas). Esta incisión puede llegar a corregir el desequilibrio hormonal y promover la ovulación.
Este es uno de los muchos casos de infertilidad femenina que somos capaces de solucionar en el Centro de Salud Integral del Hombre y la Mujer (CSISM), donde hemos podido ofrecer a nuestras pacientes las técnicas más avanzadas para que puedan cumplir el sueño de ser madres. Si tienes dudas sobre las causas que te han impedido lograr un embarazo exitoso, solicita una cita, estaremos muy felices de poder ayudarte.