La andrología es la rama de la medicina que se ocupa de estudiar los órganos reproductivos del hombre, se encarga de las alteraciones, problemas y tratamientos del órgano sexual de los varones en temas de reproducción. En cuanto a la disfunción sexual se destacan las alteraciones en la eyaculación, alteraciones del apetito o de la libido y alteraciones de la disfunción eréctil.

En el campo de la reproducción, tratamos los problemas de infertilidad en el caso masculino, así como pacientes que se han practicado la vasectomía, en el aspecto de que sea reversible y puedan volver a ser fértiles, esto se logra mediante recanalización y la propia reversión. Otra forma de conseguir espermas de buena calidad, sería adquirirlos directamente del testículo para tratamientos de reproducción asistida.

Esta rama de la medicina se encarga de los órganos reproductores, que a su vez están muy cerca de los órganos urinarios, de los cuales se encarga la urología, que es otra rama de la medicina, por lo que es importante hacer la diferencia entre ambos. La urología nace del nombre urinario, enfatizando que el sistema urinario es tratado por estos expertos, así sean riñones, uréteres, vejiga, próstata. Por la cercanía de los órganos, la urología también se encarga del vehículo donde se encuentran los espermatozoides, por lo que habría similitud de trabajo en el mismo territorio.

Sin embargo, en el tema de reproducción y disfunción sexual existe su rama especial, ya que en este campo reproductivo es muy importante tener en cuenta que a pesar de que haya erecciones, una penetración, aunado a una eyaculación no es suficiente para demostrar que el varón sea fértil.

La fertilidad es un tema de pareja porque para la reproducción se necesita un aparato femenino y otro masculino, así que de manera independiente se estudiará a estas personas para descubrir aquello que necesita ser reforzado. En el varón habría que identificar si los espermatozoides están en capacidad suficiente para fertilizar el óvulo, porque tanto el problema podría estar en los órganos sexuales de la mujer, como en los del hombre. Las estadísticas revelan que en los últimos diez años se ha reforzado el término de factor infértil masculino, como el factor infértil femenino y se comparten los porcentajes; es decir, que el factor masculino está en un aproximado de 35% de afectación, mientras que el factor femenino está en un aproximado de 37%, el porcentaje restante es compartido y existe un porcentaje mínimo de alrededor del 2% que es desconocido, porque no se ha encontrado la causa exacta del factor que está llevando a la infertilidad.

Es importante para los varones saber que cuando acuden a la consulta por temas de infertilidad, es aconsejable que acudan con su pareja, ya que en estos casos de reproducción es clave saber la edad de la mujer, así el especialista se puede dar una idea de con cuanto tiempo se cuenta para actuar en relación del tratamiento.

La relación de la edad de la mujer con la infertilidad del hombre tiene relación de la siguiente manera: desde que la mujer empieza su menstruación, aquella primera vez que tiene su periodo, conocido como menarquia, hasta los 35 años de edad, se habla de su punto máximo de fertilidad. En ese periodo la mujer tiene un porcentaje de 0.7% de que por el factor femenino celular pueda engendrar niños con alteraciones cromosómicas de número, así que en el momento en que se junta el gameto femenino con el gameto masculino, puede haber algunos desórdenes de distribución, por lo que se pueden adherir unos cromosomas a otros, provocando en el feto el síndrome de Klinefelter, síndrome de Turner o síndrome de Down.

Cuando la mujer se encuentra en el rango de las edades antes mencionadas, tiene probabilidad del 0.7% de riesgo; sin embargo, cuando se extreman esas edades, si fuera menor de 13 años o mayor de 37 años, ese porcentaje se eleva a 13% en la probabilidad de producir esas alteraciones. Por ello es importante saber la edad de la mujer.

Como un ejemplo claro, hablemos de aquella pareja que consulta a un especialista en  andrología porque está buscando hijos: la mujer tiene 28 años, mientras que el hombre 40; si se encontrara una alteración en el semen o el espermograma del paciente, con base en la edad de la mujer, habría tiempo para detectar en dónde se localiza el problema.

Continuando con el ejemplo, pero alternando los papeles, si la mujer tuviera 38 años de edad, ya no habría el tiempo para tratar de valorar al varón y buscar una mejor capacidad reproductiva. En casos como ese habría que dirigirse directamente a tratamientos de reproducción asistida por el hecho de factor edad. Los hombres también tienen un porcentaje de producir alteraciones cromosómicas de número, pero es mucho menor que el indicado en la mujer.

En el caso de la mujer, su capacidad fértil esta cíclicamente basada en calendarios de 28 a 30 o 34 días, casos completamente normales. Encontramos que incluso, la palabra “menopausia” viene del mens que significa “mensualmente” y pausi que significa “cese”, con lo que obtenemos el significado “término o fin de la menstruación”, en edades aproximadas a partir de los 40 años. Pero en el caso del hombre no existen esos ciclos, ya que los espermatozoides no nacen por ciclos, porque nacen desde la primera pubertad, hasta que el hombre fallece. Con ello obtenemos el dato interesante de que el término andropausia, no estaría bien implementado.

La andrología ha detectado algunos problemas que generan la infertilidad masculina, sin embargo, es necesario regresar hasta el momento en que el hombre nace, porque desde ese instante ya puede tener disposición a tener problemas de fertilidad. Cuando el pequeño nace, es importante que el pediatra analice si los testículos ya están en la cavidad escrotal, en caso de que no hayan descendido los testículos al escroto, se deberá pedir ayuda al urólogo -especialista encargado de estos órganos-, a este proceso se le denomina orquidopexia, proceso que se debe realizar antes de que el varón cumpla los dos años de edad. Existe medicación cuando al pequeño paciente no le han descendido los testículos, sin embargo la gran mayoría requiere que los desciendan quirúrgicamente.

En la etapa de la adolescencia, el joven con orientación de los padres, debe de estar alerta a una infección llamada parotivitis, mejor conocido como paperas. La respuesta médica a esta recomendación hacia los jóvenes, es debido a que la estructura testicular es muy similar desde el punto de vista celular, a las parótidas. Entrando en la etapa de la vida sexual, se incrementa el riesgo de adquirir infecciones, como el microorganismo de la clamidia, que no produce grandes manifestaciones clínicas, sin embargo puede producir infertilidad.

La recomendación, en general va enfocada en que cada etapa del varón es trascendental, por lo que la visita a un médico especializado en andrología es la clave. Si usted es mujer, la invitamos a informarle a su esposo sobre la importancia de chequeos constantes, y a las madres les recordamos poner especial atención en la salud de los órganos sexuales, no sólo de las niñas, sino también en los niños.

Los esperamos en el Centro de Salud Integral del Hombre y la Mujer, para un diagnóstico personalizado. A usted que aprendió algo nuevo con esta valiosa información, le invitamos a compartirla, para que más personas tengan el hábito de cuidar su salud.

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