La Inseminación in Vitro es una técnica que permite introducir una muestra seminal optimizada, dentro de la cavidad uterina. Este procedimiento, realizado en el momento óptimo del ciclo, mejora las probabilidades de embarazo. Se trata de un tratamiento sencillo, que puede hacerse con una estimulación hormonal suave, para controlar el desarrollo de los folículos de la mujer y potenciar el crecimiento de uno o dos folículos. El objetivo es que se produzca la fecundación y conseguir el embarazo.
Se trata de un procedimiento indoloro y mucho menos invasivo que otras técnicas reproductivas como la fecundación in vitro. En función del origen de la muestra de semen utilizada, se distinguen dos tipos:
- Inseminación artificial homóloga (IAH) o conyugal (IAC): Se utiliza con la muestra del semen de la pareja. Cuando la inseminación homóloga se hace dentro de la cavidad del útero, se llama inseminación intrauterina o también conocida por sus siglas IAI. La probabilidad de embarazo con esta técnica es cercana del 15-25%.
- Inseminación artificial heteróloga o de donante (IAD): Consiste en colocar en el útero los espermas de un banco de semen. Se trata de una técnica muy simple y eficaz, porque la muestra de semen presenta unas condiciones óptimas de calidad y cantidad de espermatozoides, ya que proceden de un hombre sano. Es recomendable cuando en el hombre existen enfermedades hereditarias o incapacidad de los testículos para fabricar espermas o bien, en mujeres sin pareja masculina. La tasa de éxito es del 50-65%.
Esta técnica de fecundación asistida se aplica en diversos casos con el objetivo de lograr el embarazo. En los casos en que sea posible conseguir la gestación, tanto con un tratamiento de fecundación in vitro, como con inseminación artificial, la técnica elegida debe ser la menos invasiva, como la que ofrece la inseminación. Las alteraciones de la fertilidad que pueden ser solucionadas, serán diferentes en función del tipo de inseminación que se utilice.
¿Cómo saber si mi pareja y yo somos candidatos para la inseminación?
Para realizar una inseminación, se necesita preparar en el laboratorio una muestra de semen, la cual va a ser colocada en el interior del útero con el fin de incrementar el potencial de los espermatozoides así como las posibilidades de fecundación del óvulo. Con esto se acorta la distancia que separa al espermatozoide del óvulo y así se facilita el encuentro entre ambos.
Sin embargo, para poder aplicarla con efectividad es necesario corroborar que la pareja cuente con requisitos específicos. Para poder comprobar que se cumplan o no con las condiciones necesarias para poder lograr la gestación a través de la inseminación, se realizarán una serie de pruebas de fertilidad tanto al hombre, como a la mujer.
- Permeabilidad de las trompas de Falopio: Se comprueba a través de una prueba ginecológica, llamada histerosalpingografía y sirve para estudiar la arquitectura de la cavidad uterina y de las trompas de Falopio, así como su permeabilidad.
- Buena calidad seminal: Especialmente en relación a la movilidad y concentración de espermatozoides. El número de espermatozoides que suelen presentar hombres fértiles es de alrededor de 15 millones por mililitro.
- Edad de la paciente menor a 37 años: La vida fértil femenina dura menos de 30 años y se diferencian por ser las principales tres décadas en las que las mujeres pueden ser madres. A partir de los 14 años la mayoría de las mujeres ya han empezado a ovular y a partir de los 44 las posibilidades biológicas de ser madres son muy bajas.
- Buena reserva ovárica: Indica la cantidad de óvulos en los que dispone una mujer en un momento determinado de su vida y por tanto, es algo que marcará el estado de fertilidad, cuando la reserva ovárica es buena, la probabilidad de un embarazo aumenta.
En caso de que no se cumplieran con estos requisitos, lo ideal será optar por aplicar con otra técnica reproductiva como la Fecundación in Vitro, pues las probabilidades de éxito de la Inseminación en estos casos, son muy escasas.
¿Es dolorosa la Inseminación in Vitro?
La inseminación se realiza en las clínicas de reproducción tras haber inducido la ovulación, y se trata de un método sencillo e indoloro. El día de la inseminación, aproximadamente dos horas antes, se debe entregar en el laboratorio de andrología, una muestra de semen para su preparación y capacitación, esto con la finalidad de optimizar sus condiciones.
Una vez que la muestra está preparada, se introduce en el útero de la paciente, lo primero que tendrá que hacer la paciente será situarse en la silla ginecológica, la ginecóloga colocará con mucho cuidado un espéculo en la vagina para poder visualizar el cuello del útero correctamente, después, se procede a limpiar las secreciones vaginales con una gasa y se aspira el moco del cuello uterino con una cánula muy fina a través del cuello uterino, que permite introducir la muestra seminal en el interior del útero.
La cánula con la que se introducen los espermatozoides tiene un diámetro inferior al del orificio del cuello del útero y la mayoría de las pacientes no lo notan. Si el orificio está más cerrado de lo habitual, se podría notar como mucho un leve dolor similar al de la menstruación, pero desaparecerá rápidamente.
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En el caso de la Inseminación in Vitro, se trata de un proceso sencillo que se realiza en parejas con problemas de fertilidad muy concretos. En el Centro de Salud Integral del Hombre y la Mujer, contamos con las técnicas más avanzadas y al mejor costo para ayudarles a cumplir su meta de convertirse en padres. Somos la opción #1 en el mercado gracias a nuestro servicio multidisciplinario que refuerza el compromiso que tenemos con nuestros clientes.