Una de las causas de infertilidad masculina más frecuente es el varicocele, que consiste en la dilatación varicosa de las venas ubicadas en el cordón espermático y que contribuyen al riego sanguíneo testicular. Este fenómeno, a su vez, fomenta una elevación de la temperatura, disminuyendo la producción de las células reproductivas, así como su calidad, por lo que no resulta extraño que se considere entre uno de los motivos más graves por los que muchos hombres no logran ser padres.

Diversas investigaciones han determinado que la incidencia del varicocele es mucho mayor en el lado izquierdo y las razones son de carácter anatómico, puesto que en esta región la vía de flujo de sangre desemboca en la vena renal izquierda en ángulo recto, la cual es al menos diez centímetros más larga y carece de válvulas al menos en un 40 por ciento. Debido a ello, se estima que hay muchos más casos de varicocele en el lado izquierdo, con un estimado de 85 por ciento de la totalidad de los pacientes diagnosticados.

¿Hay relación con la infertilidad?

Como mencionamos anteriormente, la relación entre el varicocele y la infertilidad masculina es estrecha; de hecho, desde 1880 se ha establecido una asociación entre esta condición y la incapacidad para procrear, y su incidencia actual es de solo un 10 por ciento, aunque alcanza un 25 por ciento en los pacientes con un espermiograma alterado y un 40 por ciento en los hombres infértiles.

Los expertos de nuestra clínica de infertilidad afirman que la manera en la que el varicocele comporta es de carácter multifactorial, ya que puede producir insuficiencia venosa, provocando reflujo en los testículos, así como una elevación de la temperatura escrotal; también puede aumentar el estrés oxidativo de los espermatozoides; y, de igual modo, puede favorecer la ralentización circulatoria, lo que da pie a hipoxia testicular.

¿En qué consiste el tratamiento?

Después de evaluar tu caso, a través de pruebas especializadas, en nuestra clínica de fertilidad en el DF podemos brindarte la opción de la oclusión de las venas espermáticas, usando métodos de mínima invasión, como la embolización, que te permitirá recuperarte en poco tiempo y con grandes posibilidades de éxito.

Asimismo, es posible que nuestros expertos consideren viable la oclusión de la vena con cirugía abierta a distintos niveles y con material microquirúrgico; e incluso se pueden intentar los abordajes laparoscópicos, aunque suelen aumentar en tiempo estimado de operación. Por lo tanto, el mecanismo más utilizado es el abordaje subinguinal microquirúrgico, porque logra una amplia mejoría en los valores seminales.

Para recibir asesoría en materia de fertilidad, en CSIHM te invitamos a que te comuniques con nosotros, a través de los medios de contacto disponibles.

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