Las infecciones seminales normalmente no presentan síntomas y, muchas veces, los hombres no saben que las tienen; el problema de dejar estas infecciones sin tratar, durante mucho tiempo, es que pueden generar diversas consecuencias en el largo plazo. Por ese motivo, es importante tener un doctor con especialidad en andrología y visitarlo periódicamente para llevar una cultura de prevención y que así, puedan identificar y tratar cualquier infección que pudiera surgir.
Las infecciones seminales sin tratar, pueden ocasionar semen anormal, comezón, irritación, ardor al orinar, secreción uretral e infertilidad.
Las infecciones son causadas por microorganismos dañinos y pueden afectar al aparato reproductor como al urinario; estos microorganismos pueden ubicarse en la próstata, en los testículos, en los conductos deferentes, en las vesículas seminales y en el epidídimo; además, cualquier hombre que sea activo sexualmente tiene probabilidad de tener una infección seminal, ya que algunas de ellas, suelen transmitirse por tener relaciones sexuales sin protección.
La identificación de patógenos seminales aún es limitada porque todavía no existen estrategias para su control o métodos de detección muy eficaces. Existen diferentes lugares donde puede darse la infección, por lo que existen varios tipos de esta.
El primer tipo es la orquitis; esta inflamación afecta a los testículos y los inflama (a uno o a ambos), y, normalmente, se debe a una infección testicular o del epidídimo; algunas bacterias que pueden causarla son las enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea y la clamidia. Sin embargo, al diagnosticarse se pueden tratar adecuadamente para que los testículos puedan recuperar sus funciones.
Por otro lado, una causa viral de orquitis, son las paperas, la cual, es una enfermedad contagiosa que puede generar meningitis, inflamación del hígado, del páncreas o de los testículos. Esta enfermedad causa esterilidad, si no es tratada correctamente, ya que los testículos se inflaman y aumentan su temperatura, lo que puede producir atrofia que afecte la capacidad de producción espermática y, por la tanto, la capacidad reproductiva de forma permanente.
La epididimitis se refiere a los epidídimos inflamados, los cuales, son una estructura que conecta a los testículos con los conductos deferentes. Normalmente, esta infección es causada por alguna bacteria que comenzó en la uretra o en la vejiga.
En los hombres sexualmente activos, puede ser causada por alguna enfermedad de transmisión sexual como la gonorrea y la clamidia; mientras que en niños y ancianos puede ser causada por E. Coli, que es una bacteria que normalmente vive en el intestino del hombre y animales y no causa problema alguno y que, incluso, es necesaria para el funcionamiento del proceso digestivo; sin embargo, algunas cepas pueden causar infecciones. Se puede contagiar a través del consumo de alimentos, agua y carne contaminada. Si la persona que lo tiene no lleva una higiene personal adecuada, puede contagiar a las personas de su alrededor. Durante el tratamiento, se puede producir una obstrucción por lo que los espermatozoides no pueden salir en la eyaculación.
La prostatitis puede ser causada por enfermedades de transmisión sexual y, la no bacteriana, puede ocurrir cuando la orina entra a la próstata y causa una inflamación; esto puede ocurrir por una obstrucción en el flujo de la orina hacia la vejiga, la imposibilidad de retraer el prepucio o alguna lesión en el perineo. En ocasiones, puede ocurrir que se presente una prostatitis asintomática; sin embargo, algunos de los síntomas más comunes son: fiebre, escalofríos, dolor al orinar, orina turbia o disfunción sexual.
La vesiculitis seminal es una inflamación en las vesículas seminales. Sin embargo, normalmente esta inflamación es una consecuencia de otra infección genitourinaria como pudieran ser alguna de las antes mencionadas (prostatitis, epididimitis o uretritis).
En la andrología, normalmente se realiza un cultivo de orina y cultivo seminal para diagnosticar bacterias o algún tipo de infección. El cultivo de orina consiste en analizar la orina y detectar la presencia de bacterias o la existencia de una infección. Asimismo, el cultivo seminal sirve para detectar si existe alguna infección o anomalías en el semen.
Para realizar un análisis óptimo, es necesario compartir con tu doctor los antecedentes médicos, además, de realizar los estudios que este recomiende para detectar si existe alguna infección seminal o descubrir por qué la calidad del semen no es óptima.
Es muy importante asistir con un doctor con especialidad en urología o andrología para que diagnostique, correctamente, cuál es la problemática que existe y qué tipo de infección seminal es, ya que cada una requerirá de un tratamiento diferente. Además, pueden realizarte un seminograma para descartar cualquier problema en la concentración, forma o movilidad de los espermatozoides.
Aún cuando no estés buscando tener una familia en este momento, es importante ir periódicamente con un especialista en andrología, para conocer si existe algún problema en el aparato reproductor o descartarlo. En el caso de que llegara a existir alguna problemática con la calidad del semen, se puede tratar con anticipación y tener una salud óptima.
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