Para las parejas que ya habían perdido la esperanza de concebir, la fertilización in vitro es una respuesta milagrosa, una mano amiga de medicina actual. Y es que para la mujer que esté esperando ser madre, ver pasar mes tras mes sin el esperado resultado “positivo” en la prueba de embarazo, es frustrante.
Con cada menstruación se esfuman los sueños y, al término de esta, renace la esperanza, pero cuando esta montaña rusa, que no da los resultados esperados, se prolonga por más de un año, la posibilidad de una infertilidad asoma en su pensamiento y, ante una confirmación médica de que, en efecto, hay problemas para concebir, la sensación es completamente devastadora.
Sin embargo, pese a este panorama que puede ser tan desolador para cualquier mujer cuyo sueño de ser madre se vea truncado por la infertilidad femenina, la ciencia médica viene desarrollando desde hace varias décadas lo que muchos llaman “la técnica de la esperanza”, que es la fertilización in vitro o fecundación in vitro. Con esta técnica, el proceso de fecundación entre el óvulo y el espermatozoide se realiza fuera del cuerpo de la mujer.
El procedimiento para llevar a cabo esta técnica comienza con la estimulación ovárica, que consiste en suministrar a la mujer medicación hormonal, con el fin de madurar los folículos; una vez logrado este paso, se provoca la ovulación, y cuando esta etapa se ha completado, le sigue la punción folicular, que se realiza bajo sedación y consiste en extraer, bajo la guía de una ecografía vaginal, los folículos que serán analizados en el laboratorio para obtener los óvulos.
Una vez en el laboratorio, teniendo los ovocitos y los espermatozoides, se procede a la inseminación de los óvulos. Los embriones serán estudiados día tras día y generalmente se debe esperar un lapso entre tres a cinco días para poder realizar la transferencia al útero.
Una vez realizada dicha transferencia, es necesario realizar una prueba de embarazo aproximadamente dos semanas después, para así confirmar la gestación. Con los embriones restantes se procede a vitrificarlos, que consiste en la congelación de los mismos para ser utilizados en futuros embarazos que desee la pareja.
Ante un diagnóstico de infertilidad, la opción de la técnica de fecundación in vitro les devuelve a las parejas la esperanza de tener hijos sanos. Ustedes pueden optar por este procedimiento, comunicándose con nosotros a través de nuestro sitio web. En CSIHM somos una clínica de fertilidad comprometida con ayudar a hacer posible el sueño de tener hijos.