En la actualidad, la fertilización in vitro es una técnica que hace posible que las mujeres u hombres con infertilidad vean materializado el sueño de la paternidad, y cada día es más común ver cómo se implementa con éxito. Hace más de cuarenta años, las posibilidades de tener un hijo ante un diagnóstico de infertilidad eran muy pocas, ya que la ciencia médica no tenía en su haber muchos adelantos al respecto. Sin embargo, todo esto dio un giro radical y abrió todo un panorama de esperanza con la historia de Louise Brown, la primera bebé probeta en la historia.
Lesley y John Brown, los padres de Louise, llevaban nueve años intentando concebir un hijo por los métodos naturales, pero, ante esta imposibilidad, la pareja buscó ayuda médica que diagnosticó a Lesley con un problema de obstrucción en las trompas de Falopio, lo cual dificultaba muy seriamente la concepción y es considerado uno de los problemas de infertilidad femenina más recurrentes.
La pareja no se rindió y fue así como decidieron someterse a un procedimiento en fase experimental que llevarían a cabo el fisiólogo Robert Edwards, el ginecólogo Patrick Steptoe y la enfermera especialista en embriología Jean Marian Purdy.
Para 1978 este procedimiento revistió de una altísima complejidad y consistía en extraer ovocitos de la madre y fecundarlos en un medio acuoso con los espermatozoides del padre, haciéndoles seguimientos a los embriones de tres a cinco días, cuando uno de ellos fue implantado en el útero de Lesley. Este procedimiento en fase experimental tenía un serio problema para esa época, ya que nunca antes habían tenido el éxito esperado. Se les informó a los padres que la posibilidad de éxito era de una en un millón.
El gobierno del Reino Unido, tras la evidencia de que, en efecto, la implantación y desarrollo del embarazo se estaban llevando a cabo, solicitó que semejante adelanto científico fuese filmado como evidencia de que Louise había nacido de su madre.
Fue así como a Lesley Brown le fue practicada una cesárea programada para el 25 de julio de 1978 en el hospital Oldham, en Manchester, Gran Bretaña, naciendo Louise Brown, la primera bebé concebida por la técnica de fertilización in vitro. Cuando Louise llegó al mundo, fue sometida a más de sesenta pruebas médicas para garantizar su buen estado de salud.
Gracias a esta novedosa técnica, para el año 2012, y desde el nacimiento de la primera bebé probeta, se han contabilizado más de cinco millones de personas que han venido al mundo concebidas previamente por la fertilización in vitro, abriendo una gran puerta a la posibilidad de tener hijos a millones de familias con diagnósticos de infertilidad y cerrando aún más la brecha de esta enfermedad.
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